Xerach Peñate Santana cursó estudios profesionales de percusión clásica a edad muy temprana en el Conservatorio de Las Palmas de Gran Canaria y, paralelamente, participa en diversas formaciones musicales entre las que destaca la Joven Orquesta de Gran Canaria, la Orquesta Universitaria Maestro Valle de la ULPGC y la Banda Municipal de Música de Las Palmas de Gran Canaria.
A los 19 años orienta su formación hacia la música moderna y el jazz de la mano de músicos como Enrique Fernández-Villamil o José Alberto Medina, para posteriormente continuar sus estudios en Barcelona, en la Escuela Superior de Música de Cataluña (ESMUC) donde obtiene el título superior en batería jazz.
Actualmente, después de participar en diferentes proyectos musicales, se encuentra inmersa en su primer disco propio, Tizziri, una composición original que fluye entre el jazz, el rock y el hip-hop, pero en el que también se aprecian las raíces de la autora, con guiños a la canción tradicional canaria.
Tizziri es un espectáculo artístico que mezcla música, poesía y electrónica (y de manera selectiva, audiovisuales) íntegramente compuesto por Xerach Peñate, junto a ocho músicos. Tizziri busca nuevas sonoridades, la voz forma sección junto a los vientos (clarinete, clarinete bajo, saxo contralto y fiscorno) creando diálogos con una base de alto potencial rítmico que muestra su lado tradicional así como su sonido más eléctrico. Coexisten diversas texturas que tienen de base musical el jazz y ahonda en otros estilos como el rock, el hip-hop o la música latina. Nuria Balaguer (voz), Albert Abad (clarinete, saxo contralto y coros), Jairo Cabrera (clarinete bajo, fiscorno, voz y coros), Guillem Torà (guitarra eléctrica y coros), Artashes Aslayan (piano y teclados), Marta Bautista (contrabajo, bajo eléctrico y coros), Iñaki de la Linde (percusión y coros) y Xerach Peñate (batería, percusión y coros) forman el elenco musical.
Entre sus letras se encuentran poesías de Leandro Santana, un rap de Tanausú Santana, y en la parte visual y de diseño la firma del fotógrafo Daniel Gutiérrez y las bases electrónicas de Belén Álvarez.